HONDURAS: RETORNO A LA LUCHA ARMADA.

Por MELQUIZEDEC TORREMOLINOS.

Ante la bestial arremetida de la oligarquía militarista-terrateniente centroamericana en Honduras; los Medios de Alienación masiva, callan sobre la censura impuesta internamente al pueblo hondureño y maquillan la ilegalidad de “un nuevo régimen gubernamental” tras el secuestro del Presidente Zelaya y expulsión de su país.

LA DUDOSA LLEGADA DEL PRESIDENTE ZELAYA A COSTA RICA.

Politólogos como el estadounidense James Petras, ilustran sobre la imposibilidad de ese Golpe de Estado, sin la aprobación o venia del Departamento de Estado Norteamericano, la CIA, la DEA. Imposible sin la complacencia, consulta y connivencia de los regímenes de derecha notoria en el escenario latinoamericano, los gobiernos de México, Costa Rica, Colombia, Perú y la conveniencia del gobierno guatemalteco ante el cuestionamiento de su participación directa en el crimen del abogado opositor.

La mayor preocupación gira en torno al aterrizaje del avión Presidencial hondureño en el Aeropuerto Juan Santamaría, en San José en el que venia el Presidente Zelaya secuestrado. La prensa costarricense registra que luego de abandonar en pijama y descalzo al Presidente hondureño, quien no cesaba en clamar que llegaba porque había sido secuestrado en Honduras, la tripulación del avión y el comando armado del ejercito hondureño en su interior, permanecieron cincuenta minutos en el aeropuerto sin que autoridad policial, de la Fiscalía o judicial- mucho menos gubernamental- requiriera la retención del avión y la orden de no despeje. Si bien el avión presidencial hondureño no es de guerra, ni artillado, aterrizó con permiso como a cualquier línea comercial. Si bien Costa Rica no cuenta con ejercito ni Fuerza Aérea que haga respetar su espacio aéreo soberano; la no intervención de autoridad alguna para impedir la salida de los secuestradores del ejercito hondureño en territorio costarricense, deja muy mal parado al gobierno costarricense o al menos a dudosos elementos en sus altas esferas. La opinión pública mundial complacida recibió el gesto humanitario del Presidente Oscar Arias, característica innata de ese premio Nobel de la Paz, en aceptar al presidente Zelaya como su huésped de Honor. Quizá el mismo Presidente Zelaya será quien ilustrará al mundo su no decisión de acogerse al Asilo Político en Costa Rica, lo cual hubiera significado su entierro político y la consolidación de los golpistas…

EL DOMINIO DEL MILITARISMO EN AMERICA LATINA-

Lo sucedido en Honduras, demuestra que ningún país latinoamericano, en pleno Siglo XXI, está ajeno a la jauría de sus ejércitos, instruidos bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional y del Consenso de Washington. Para esos ejércitos la brújula es el “enemigo interno” dentro de sus propios pueblos, que atentan contra la salvaje concentración de la riqueza y propiedad privada y ejercen el derecho natural a la Rebeldía.

La no participación de los ejércitos en política, resulta un sofisma. Ni la cuna del Imperio se sustrae a ello. La decisión del Presidente Obama de cerrar la prisión de Guantánamo, recibió la respuesta negativa de la oficialidad del ejército norteamericano y del Departamento de Estado. Igual, resultó con su iniciativa del retiro de tropas significativo o de connotación de fuerzas militares en Irak. En Colombia la casta militarista y el Generalato genocida, con un presidente de turno, títere, cipayo y narco paramilitar, mantiene en el odio y el Terrorismo de Estado fascista, a un pueblo que responde con una Insurgencia de tradición histórica y lucha por el poder con voluntad política inquebrantable.

Los gobiernos latinoamericanos alimentados con el faro del pensamiento bolivariano, comprenden el lastre retardatario de sus ejércitos, que como el hondureño, actúan como verdaderos emporios de la industria armamentista; dominan renglones de la producción agro-industrial; manejan activos de la bolsa; permean ante el lavado del narcotráfico; acaparan los bienes del Estado, superiores sus presupuestos de guerra ante las necesidades de la Previsión Social, Hospitalaria y Educacional de sus pueblos.

LA CARENCIA DE UNA VANGUARDIA POPULAR EN HONDURAS.

La suerte de la continuidad del periodo gubernamental del Presidente Zelaya esta en juego. Adelantar las elecciones y conformación de una constituyente popular pudiere caber. Sin iniciativa de interlocutores del movimiento popular al frente, la Comitiva de Acompañamiento del Presidente de la OEA y mandatarios latinoamericanos no presagia salida favorable a los interese s populares. Un error más del régimen de facto, como lo sería la captura del Presidente Zelaya en territorio de Honduras, lo magnificaría y entronizaría como Héroe Nacional. El desenlace no es dable vaticinarse en política. La salida diplomática dilata, pero sirve. En tanto, la organización popular está a toda marcha. Requiere, indudablemente del aliento y apoyo material internacionalista.

Un somero repaso registra la experiencia guerrillera del Movimiento de LOS CINCHEROS en la década de los años mil novecientos setenta y que por condiciones políticas, propias e internas de ese país, subyace al interior del movimiento popular y revolucionario hondureño. LOS CINCHEROS, derivado del nombre del machete campesino, como a planazos los siervos de la tierra castigaban a sus opresores terratenientes, fue una guerrilla que contribuyó con efectivos a la solidaridad internacional en el Frente Farabundo Martí de El salvador y su aporte de combatientes al Frente Sandinista en Nicaragua. Hoy están a la iniciativa de la Vanguardia Popular hondureña y requieren del compromiso consiente y solidario de los pueblos y gobiernos progresistas del mundo para dar al traste con el intento golpista; lograr la construcción del Socialismo del Siglo XXI en Honduras y extinguir el ejercito terrateniente y oligárquico hondureño.

Los acontecimientos políticos en Honduras reiteran la tesis política (por que no social– científica) de la vigencia y combinación de las Formas de Lucha en Colombia.