Por MELQUIZEDEC TORREMOLINOS
La Iglesia colombiana, sacada ella misma de su apostolado, se apresta a las celebraciones de la Semana Mayor en el culto católico predominante en el pueblo colombiano. Parejo a los operativos bélicos de las fuerzas armadas oligárquicas; a los operativos “preparatorios” para esas fechas, corren las ceremonias de Semana Santa y la improvisación de los discursos sermoneros de la interpretación oligárquica eclesial de las Siete Palabras. Asistimos a un evento más en que la Semana Santa entre los colombianos se desenvuelve en un escenario de guerra. Explicable por la información con que cuenta el ejercito oligárquico de ser, precisamente el escenario de los festejos de Semana Santa el medio idóneo paras el desplazamiento natural de las fuerzas insurgentes. En ciudades intermedias de cien mil habitantes en el desplazamiento de fieles romeros, en ese caudal humano de las procesiones, hacen presencia las unidades insurgentes en desplazamiento geográfico como medio ideal. En centenares de municipios colombianos, se volverá a suceder, como en mas de sesenta años de lucha armada, el paso de escuadras y de frentes armados en el incansable transitar de la Insurgencia por pueblos, campos y veredas colombianos, pese al esquizofrénico despliegue de la guerra oligárquica e imperialista. Por más ejecito de sapos furibistas, cada día delatados y que un gobierno insensible arroja como carne de cañón civil a la depredación guerrerista, el despliegue estratégico de las unidades insurgentes se da en Colombia.
Dos articulistas cagatintas de la oligarquía colombiana, como los llamaba el ilustre Vargas Vila, el exgeneral Violencia Tovar y Héctor A. FacioLince, coinciden en la calificación de “terroristas” a las FARC. Ambos sostienen la viabilidad de la derrota militar de la Insurgencia.
Conocidas las aspiraciones del troglodita milico de acercarse al Comandante Cano; las de A. FacioLince vierten la descalificación a una forma de lucha en Colombia que permanece paralela al desarrollo histórico del movimiento revolucionario colombiano. Bajo el estilo del epíteto y la descalificación que abunda en los Medios de Alineación Masiva, refiéranse a la Insurgencia como una “banda de narcotraficantes que se hace pasar por guerrilla revolucionaria”. “ …una guerrilla degradada que no deja de ser a ratos una guerrilla con ideales rebasados por la historia”. “Que el 95% de la población estaba harto de la guerrilla y por eso apoyan a Uribe y ninguno se opone a que derrote a la guerrilla…” Ahora resulta que los del modelo militarista y guerrerista en Colombia aspiran a una Insurgencia guerrillera acorde a sus aspiraciones de perpetuidad en el actual estado de cosas; léase: Terrorismo de Estado, Dictadura Mediática, disfrute de convivencia y seguridad a los traquetos, paracos, mafiosos y adalides senatoriales presos.
Aspiran a una guerrilla que no actúe; quizás cibernética o virtual; que no aplique la imposición económica de su Ley 002 a lo cual llaman “extorsión”; que no acuda a la retención de políticos y corruptos del manejo de la cosa pública y a la captura de prisioneros de guerra como escarnio a los victimarios del pueblo colombiano y a lo que llaman “secuestro”. Que no impida el saqueo de los recursos naturales, energéticos y de defensa de la soberanía ecológica del país mediante la imposición y el saboteo económico, que es punto esencialmente álgido a los intereses de la oligarquía y el imperio y a lo que llaman “terrorismo”; como igualmente califican la decisión soberana de los pueblos a rebelarse, a levantarse en armas, para con la fuerza del fusil insurgente contribuir a la construcción de un orden estatal diferente.
Ambos columnista en cita, aspiran a la reelección del Ubérrimo para que con la continuación de la guerra “paramilitares sanguinarios como nazis, con un ejercito que no pocas veces comete crímenes tan horrendos como los de lo grupos ilegales y un Estado que según se acerque o se aleje de las grandes capitales, es capaz o no controlar el territorio de su nación…” según el boceto del astuto Lince.
La condena en Europa
Nuevamente el despliegue mediático colombiano alejándose de “las tradicionales normas de periodismo que hablan de contrastar y verificación de fuentes” que aplica el valeroso periodista Jorge Luis Botero; se dan a la abyecta tarea de alienar a la opinión publica con el rimbombante fallo de un tribunal en la península Escandinava que decide imponer una sanción a dos cuídanos de su país, por el envío de apoyo económico a las FARC-ep por parte de dos ciudadanos de Dinamarca.
La fabricación de un modesto numero de camisetas alusivas a las FARC-ep, de cuyo producido se organizó un evento político-cultural en Copenhague y el remanente se envió a la dirigencia de la organización insurgente en Colombia deja formidable lección: el cacareado trabajo de los “Cancilleres” de las FARC en el exterior se resume a actos de solidaridad aportados por sectores de comunidades populares afines y sensibles a la tragedia del pueblo colombiano. A los dos daneses se le siguió en su país una investigación por costosa querella a cargo del erario colombiano de mas de cien millones de pesos, no por un delito de “terrorismo” sino por una contravención mínima: el haber enviado a barbudos revolucionarios y estos recibido en la espesa selva colombiana un simbólico, moral y significativo apoyo de solidaridad en reconocimiento a su lucha armada.
La autoridad judicial falló a favor de los dos daneses considerando que no existía ninguna contravención, correspondiéndole al Superior de esa primera autoridad, como resultado de la apelación del narco para embajador colombiano, conocer del caso y decidiendo en el fondo que conforme a las leyes antiterroristas en ese país y la Comunidad Europea era reprochable, más no condenable, tal manifestación de apoyo. Como diríamos en Colombia se trató de una contravención , no de un delito. Ello ha abierto un debate político en ese país. La pedorreta del terrorismo oficialista de Estado en Colombia, se ahoga e intoxica en sus ventosidades por cuanto se multiplicaran en la Comunidad Europea las actividades de ese tipo a favor de los revolucionarios colombianos que con las armas en la mano luchan por el cambio de las actuales estructuras Terroristas de Estado.
La presencia insurgente
Los últimos hechos registrados de actuación de la Insurgencia en Colombia, demuestra que es irrelevante el desconocimiento gubernamental del conflicto. En cambio, tratándose de la comunidad internacional y la realidad de las relaciones internacionales, callar ante tamaña situación resulta el peor de los desafueros. La actividad insurgente va de la mano con el cambio de escenario internacional. Las voces claman por que en Colombia se termine con el disfraz de democracia y se entre a la valoración objetiva del conflicto existente. Falaces interlocutores como el salpicado de sangre ex general Violencia Tovar, secuestrador impune del cadáver del padre Camilo Torres Restrepo y el Abad FacioLince; confrontan a los doscientos mil y más intelectuales por la Paz que mantiene fluida correspondencia con el Secretariado de las FARC-ep.
Para bien de la paz en Colombia, el reciente pronunciamiento del Secretariado ratifica análisis anteriores que en forma consecuente la Insurgencia le ha apostado A LA VIDA. El experimento narco paramilitar contra insurgente de genocidio, devastación, masacre y asesinato selectivo de lideres populares y sindicales, jamás recibió la respuesta de Ley del Taliòn al Terrorismo de Estado colombiano. La Insurgencia implementó instrumentos como las leyes 001 y 002 acudiendo a la retención de políticos, criminales de guerra y capturados en combate. Nuevamente el aliciente a los aspirantes presidenciales en el continuismo de la guerra lo centran en la difusión de un presunto “atentado” contra la oligárquica familia Santos de El Tiempo. De explicarse esas retenciones de ciudadanos, que son replica de la medida represiva del régimen Terrorista contra los opositores sociales, calificándolos de apoyo a la Insurgencia; a nuestro modesto modo de ver, ello obedecería a la tónica de un consecuente proceder de la Insurgencia de aumentar el numero de rehenes, a la vez que golpea militarmente cuarteles y militares profesionales cuyo medio de subsistencia es la guerra.
La prioridad que el Secretariado da a la suerte de los retenidos, prisioneros políticos, en ambos bandos, sin importar el tema de despeje de territorio; la decisión unilateral de entregar el cadáver del mayor Mendieta a su señora madre; constituye una prueba mas de estar en sus manos el malabarismo político de las iniciativas.
Nos alienta también al comprender que la diplomacia insurgente se mueve correctamente en la búsqueda por la repatriación de los compañeros, Sonia y Simón, torturados en las cárceles del Imperio.
Las vacuas informaciones de deserción de las filas guerrilleras no pueden acallar el trabajo tesonero, decenal, de reincorporación de nuevos cuadros armados en el caudal insurgente.
Al miniführer de la República Bananera
En la soledad de su desgobierno y el peso de los acontecimientos político-militares en Colombia, nada mejor que reproducir el poema de la serie RETRATOS del poeta costeño RAÙL GOMEZ JATTIN (Cartagena 1945 – Cereté 1997). ESE QUE NO AMA. : “La nieve de los años / bajó de tus cabellos a tus pupilas / y te quedaste ciego / y luego te quedaste casi mudo / Castigo de la vida / a quien creyó engañarla / con la buena suerte / Castigo del amor / a quien usó la mentira / y la calumnia / como arma / Castigo de la muerte / quién se sentará en tu cama / y tu no la verás”
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